Los Gadawan Kura, el clan de los “hombres hiena” de Nigeria, se mueven en los suburbios de la ciudad, en pueblos tan indefensos como las hienas encadenadas que pasean por las calles polvorientas. De dudosa profesión,se les relaciona con el tráfico de animales,con actividades clandestinas e ilícitas. ¿Quién no teme a una hiena no domesticada? Sus espectáculos itinerantes por las calles son, para el pueblo noble, un aviso constante. Para los habitantes no son más que pandilleros africanos que emplean sus mascotas para la amenaza.Ellos, sin embargo, creen estar rodeados de un aura que transmiten de generación en generación.Unos brujos posmodernos que, de alguna manera, adoptan la vitalidad de las hienas como animales de poder: son carroñeros y cazan de manera despiadada.